Nada más etéreo en nuestro léxico cristiano que la palabra gracia. Se ha vuelto un cliché para referirse a la humildad en muchos casos. Sin embargo, veo en Mat 13: 49, que la gracia es poder de Dios.
Jesús les dice que esperen hasta ser investidos de poder desde lo alto. Esta promesa que Jesús hizo claramente habla de quietud para luego recibir algo inesperado y positivo de parte de Dios.
Para nosotros lo que pienso que podemos aprender es que "no hay gracia sin paciencia"; en un principio la paciencia tendrá que ver con tiempo, pero en otro se referirá a dejar de intentar cosas por mis propios medios y ceder el mando a Cristo Jesús.
Hoy, pienso que mi diario vivir no es poderoso, simplemente porque no espero, porque creo ingenuamente que mi relación con Dios se basa en hacer las cosas a la velocidad en que la sociedad corre. Un nuevo trabajo, viaje, nuevas amistades, tareas en la casa ó trabajo y mil cosas más nos quitan el debido sosiego inteligente para dejar caer el diluvio de bendición que Dios tiene para nosotros. Debemos buscar la quietud a solas ó en movimiento con Dios.
jueves, 5 de diciembre de 2013
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario